
De la serie Doméstica: Cocina II. Impresión giclée/papel japonés Kozo, 34 x 99 cm. 2010

Fotografía de Héctor Juárez, Veracruz, 2016
of Photography, Dublín, Irlanda, donde el taller que di de cámaras sin lente empezó a impartirse cada verano desde entonces (2007). Fui editora en el Programa Editorial de la Coordinación de Humanidades, de 2000 a 2014, donde leí, corrgí y edité muchos libros de las colecciones más antiguas de la UNAM: Poemas y Ensayos, la Biblioteca del Estudiante Universitario, Nueva Biblioteca Mexicana, Al Siglo XIX. Ida y Regreso, Nuestros Clásicos, entre ellas. Este periodo fue muy enriquecedor pues aprendí mucho con la lectura de los libros y mejoré mi redacción. En 2014 me dieron la beca del SNCA y me jubilé. Desde entonces me dedico de tiempo completo a la fotografía creativa. En años recientes me he interesado en hacer libros con las imágenes que hago. Publiqué el libro de artista Desdoblamientos en 2021, así como varias publicaciones digitales. Las enumero enseguida. La trilogía: La espera, Rumbo y Puerto, 2020-2021, con Ediciones El Reloj –el primer título en francés: L´attente con el sello de écrits des forges, 2020–, todos incluyen poemas de Laura González Durán y fotos mías, inspirados en el encierro por el Covid, 2020-2021; y Paz (1898-1966). Del álbum familiar, edición digital, 2021, e impresa, 2022, así como Los cajones de Berenice, digital, 2022. Antes publiqué Nao, con poemas de Francisco Segovia, Taller Martín Pescador, 1990 y Ediciones del Equilibrista-UNAM, 1992; Con la música por dentro, edición de autor, carpeta que comprende 10 fotografías de instrumentos musicales jarochos, texto de Antonio García de León y coplas de Gilberto Gutiérrez, Taller Martín Pescador, 2005; Veracruz, cuna del son jarocho, fotografías de Silvia González de León y Agustín Estrada, Tenaris/Tamsa-El Equilibrista, 2010; Silvia González de León, prólogo de Francisco Segovia, Col. Círculo de Arte, Secretaría de Cultura, México, 2018; A cielo abierto. Fotografías de Silvia González de León, seguidas de un manual para construir cámaras estenopeicas, prólogo de Alejandro Castellanos, Verdehalago, Conaculta-Cenart, Centro de la Imagen, 2001. Destacan entre mis exposiciones individuales la de la Gallery of Photography, en Dublín, Irlanda, 2007; la Fototeca de Veracruz, en el puerto de Veracruz, 2010, y el Museo de la Ciudad de México, 2019. Esta muestra fue muy importante para mí, pues pude presentar una muestra amplia de fotografías sobre la CdMx, tomadas con cámaras estenopeicas. La exposición incluyó, además de las imágenes colgadas, vitrinas que mostraron cámaras sin lente que uso, libros que he publicado, una maleta con parafernalia fotográfica y objetos didácticos sobre esta técnica. He exhibido también mi trabajo en exposiciones colectivas en México, Estados Unidos, Ecuador, Cuba e Italia. Recibí la beca Creadores con Trayectoria, Veracruz, 1988. Fui artista en residencia en el Djerassi Resident Artist Program, Woodside, California, 1997; el Centro de Artes de Banff, Canadá, 2001, y la Escuela Nacional de Fotografía, Buenos Aires, Argentina, 2011. En 2019 gané el Primer Lugar, Categoría Profesional, del Concurso de fotografía de la Reserva de la Biósfera Tehuacán-Cuicatlán (en Puebla-Oaxaca). He tenido la beca del Sistema Nacional de Creadores de Arte, emisiones 2014 y 2019. Mi obra es parte de la Colección de Fotógrafos Contemporáneos de la Fototeca Nacional, Pachuca, Hidalgo, y del acervo del Museo de la Ciudad de México. Otro tema que he fotografiado con mucho interés y placer es el de los músicos populares. Por ello, cuando viví en Veracruz asistí en reiteradas ocasiones a la Fiesta de la Virgen de la Candelaria, patrona de Tlacotalpan, población que es sede de la celebración. También a la fiesta del Señor Santiago, en Santiago Tuxtla, y a varios otros poblados donde se celebraban fandangos. Tengo muchas fotos en blanco y negro y color que he realizado por casi treinta años, del entorno, de encuentros de jaraneros, fandangos, músicos y sus instrumentos, bailadoras, cantantes y decimeros. Está en proceso un libro que recogerá una selección de este trabajo. En años recientes me he interesado cada vez más por los árboles y su conservación. De hecho, el título de mi proyecto con el SNCA fue “Árboles de Veracruz”, con énfasis en los ejemplares ancestrales. Con este motivo empecé a viajar a Veracruz a principios de 2020, pero llegó la pandemia y no pude retomarlo hasta la primavera de 2022. Con todo, logré fotografiar una veintena de ejemplares, entre los que están ficus, amates, fresnos, pinos, ceibas, huanacaxtles y chicozapotes. La idea fue hacerlo con cámaras estenopeicas para el proyecto, aunque también los tomé con mi cámara digital y hasta con el celular. La idea es hacer con ese trabajo un libro de artista de tiraje corto, impreso en papel de algodón, cosido y encuadernado a mano. Otra actividad que realicé con el apoyo de la beca fue tomar talleres y cursos en línea para capacitarme en las técnicas alternativas de impresión, que practiqué mucho. Pude así aplicarlas en la reproducción de fotografías vintage de mi abuela paterna para el libro Paz (1898-1966). Del álbum familiar. La obra incluye también textos que escribí sobre lo que recordaba de ella y fotos de objetos que fueron suyos. La revista Cuartoscuro publicó en un número reciente sobre fotografía familiar un artículo que escribí sobre el libro y varias de las imágenes incluidas en éste. Otro libro que hice también durante el encierro por el Covid se tituló Los cajones de Berenice, que es el registro fotográfico de un gabinete de maravillas que perteneció a mi prima, el cual consta de catorce cajones que ella llenó de conchas y caracoles, estrellas de mar, corales, erisos y bichos marinos disecados, piedras, cristales y minerales, fósiles y huesos, vainas y semillas, entre otras cosas muy vistosas e interesantes. Objetos que coleccionó a lo largo de su vida y que fue acomodando en cajas pequeñas, dentro de cada cajón, que conforman conjuntos delicados y exquisitos. Con un lente macro tomé acercamientos de algunos de estos objetos que complementan las tomas generales del contenido de cada cajón.
SILVIA GONZÁLEZ DE LEÓN. Nací en Mexicali, Baja California, por azares del destino, en 1954. He vivido la mayor parte de mi vida en la Ciudad de México. Soy socióloga, editora y fotógrafa.
Me he interesado por la fotografía experimental, en especial por la cámara sin lente o estenopeica, las técnicas fotográficas alternativas y los libros de artista.
Como socióloga trabajé cinco años al mismo tiempo que aprendía fotografía. Me interesé más por esta actividad, a la que me dediqué de manera intermitente desde finales de los años setenta. Mi amigo, el cinefotógrafo Guillermo Rosas, me enseñó a manejar la cámara reflex de 35 mm, las bases para procesar la película fotográfica e imprimir copias en blanco y negro.
A mediados de los años ochenta asistí al taller de Kati Horna en la Academia de San Carlos. Los ejercicios que realizamos en el entorno de esa Escuela, corazón del centro histórico, guiados por la maestra, su ejemplo y personalidad, fueron determinantes para que me decidiera a tomar en serio la fotografía. Además de que ahí conocí el manejo de las cámaras de formato medio.
En los años noventa encontré a mi tercer mentor en el puerto de Veracruz: Carlos Jurado. Con él trabajé en el Instituto Veracruzano de Cultura, aprendí a construir cámaras sin lente y algunas técnicas fotográficas antiguas, como la cianotipia. Desde entonces he realizado mi obra más creativa con estas cámaras y procedimientos alternativos y he publicado algunos libros que lo muestran.
He impartido también varios talleres de cámara estenopeica y cianotipia. Destacan los del Centro de las Artes de San Agustín, Oaxaca, de cianotipia, en línea (2020); CdMx, la Facultad de Artes y Diseño, Taxco, UNAM (2015); la Gallery
Cianotipia
La cianotipia es uno de los primeros procesos fotográficos que se conocen. Fue inventado por el astrónomo John Herschel en 1842, pero fue la botánica Anna Atkins quien lo puso en práctica para reproducir las imágenes de las plantas que investigaba. Publicó varios libros con esos trabajos. La técnica es muy popular en nuestros días y muchos artistas la usan en sus obras, debido a su fidelidad para reproducir negativos y su atractivo color azul de Prusia.

















De la serie Doméstica: Cocina I
Impresión giclée/papel japonés Kozo
32 x 93 cm
2010
Serie: Un diario estenopeico, 2014-2016
Este diario fotográfico (proyecto con el SNCA) que realicé entre 2014 y 2016 con cámaras estenopeicas fue un relato íntimo, personal, cotidiano, como son los diarios escritos, que sirven además para soltar la mano. Un álbum para registrar lo que consideré importante del día a día. Ahí reuní reflexiones y sucesos, ya sea que me encontrara en casa, en un café, en los recorridos que hice por la CdMx, o en los viajes que realicé. Algunas imágenes fueron planeadas con anticipación pero muchas surgieron espontáneamente en el sitio en que estuve, porque adonde fui llevé mis cámaras para trabajar.









Cementerio de niños San Isidro
Impresión digital sobre papel de algodón
45.5 x 66 cm
2015
Serie: Doméstica, 2010
En un número de la revista Cuartoscuro, de abril-mayo de 2011, se publicó un portafolio de esta serie, con una entrevista de Carlos María Meza y Anasella Acosta. Cito a continuación un fragmento:
“La vida en familia otorgó otro ritmo y espacio creativos a González de León, de los que se derivó Doméstica, trabajo circunscrito en una primera etapa a la cocina. La fotógrafa vio en los objetos que habitan ese espacio, en apariencia exclusivamente utilitarios, entes en los que la luz también forjaba maravillas: brillos, volúmenes, nuevas dimensiones y deformaciones, reflejos, caos, esperas, silencios o soledades”.









Playa El Tecolote
Impresión digital sobre papel de algodón
45.5 x 66 cm
2014
Serie: Con la música por dentro, 2005
Dice Juan Pascoe sobre las imágenes incluidas en Con la música por dentro, publicado en 2005 por el Taller Martín Pescador:
Los retratos fotográficos de instrumentos musicales (no todos tomados en Tlacotalpan), surgen de la autoridad de una mirada nativa e instruida y no de la mirada nostálgica, académica, folklórica ni turística. La fotografía, que es visual y permanente, pero muda, y la música, que es sonora, transitoria e invisible, son dos artes completamente separadas entre sí (no obstante que las cámaras pululan por las orillas de los eventos musicales: intentos constantes por captar ocasiones reveladoras). Las dos artes se juntan con acierto indiscutible sólo por "razones ajenas" como en el caso de Silvia González de León: cuando las silenciosas tomas se vuelven música visual, naturalezas vivas, insólita mezcla del discurso.